23 sept 2014

MIS DOS LIBROS














Nunca imaginaron que aquel viaje les podría acarrear tal desolación e inquietud... Ellos solo cumplieron con lo pactado por monseñor, sin embargo, jamás debieron emprender dicho viaje. Las arenas dormidas del tiempo guardaban un secreto que ellos, jamás hubieran imaginado, y que se cobró un alto precio. Un lance de la muerte marcaría sus destinos para siempre. Había sido escrito en los renglones del tiempo. Marisa Infante. Marisa Infante J."En la Puerta del Otro Lado" Autora "Renglones de arena".

Marisa Infante Jimenez. 

8 jul 2014

LOS CÁTAROS


Cuánto tienen que explicar en nombre de lo que quieren seguir imponiendo, esconden la cabeza como el avestruz y sin embargo se dan el lujo de dar consejos cuan si fueran almas puras y ejemplares. El infierno que le desean a la humanidad para redimirse ellos solos, les va a quemar sin que mueran, ese debe ser el infierno, querer morir y no poder lograrlo, porque tienen la consciencia manchada de sangre inocente, a la cual han juramentado obediencia, y hoy ni quieren conocer ni leer ni enterarse, que lo que adoran es lo que les va a hacer pagar por la complicidad del silencio y la hipocresía. Me encantaría leerles asumiendo esa historia que no quieren que se divulgue, que se golpearan el pecho y de rodillas le pidieran perdón a los niños sacrificados y destripados, a las mujeres rebajadas a la categoría de animales empaladas e incineradas en las hogueras santas, y las vidas que fueron tronchadas por imponer algo que les hace creer que son elegidos.
Gilgamesh***

 La historia la escriben los que ganan; los Cátaros *
***Excelente artículo de la Doctora Laura Knight referente a las páginas de la historia que se mantienen bien guardadas y en lo posible, olvidadas. Especial para éstos tiempos donde la vieja inquisición se modernizó, pero mantiene el mismo sesgo de intolerancia y de odio a lo distinto.
Los Cátaros y el exterminio.

*Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos*.

Un cronista reportó en los libros que Arnold Amaury, el monje que lideró la cruzada contra los albigenses, pronunció esta frase fuera de la ciudad de Beziers el 22 de julio de 1209. Sus cruzados le había preguntado cómo decirle a los creyentes católicos de los herejes Cátaros.
Las instrucciones de Arnold fueron ejecutadas, y toda la población de Béziers =unos 20.000 hombres, mujeres y niños= fueron asesinados indiscriminadamente.
Nadie sabe a ciencia cierta si realmente Arnold dijo lo que se informó, pero lo que sí se sabe es que esa ideología era la esencia de la cruzada
contra los Cátaros, y esa ideología ha surgido entre los seres humanos una y otra vez a lo largo de la historia, incluso hasta nuestros días en los pasillos del gobierno de los Estados Unidos, entre otros. Las consecuencias son siempre y siempre las mismas, algo de lo que el actual gobierno del mundo no parece darse cuenta, que prueba el dicho de que quienes olvidan la historia están condenados a repetirla.
Hay muchos paralelismos entre aquellos tiempos y el presente que nos pueden servir bien para examinar.
Algunos historiadores modernos han teorizado que el catarismo no era debido al simple hecho de que se trataba de una religión completamente diferente que no tenía nada en común con el cristianismo tal como lo conocemos, la herejía.
La llamada herejía cátara se basaba en la cuestión del bien y del mal. El hueso irreductible de la discordia entre los Cátaros y la Iglesia Católica fue el papel y el poder del mal en la vida de los seres humanos.
Para los cátaros, el dios del judaísmo era un Arconte de la obscuridad. Ellos rechazaron totalmente el Antiguo Testamento como la obra de este dios del mal. 
El Dios Cátaro era un Dios de la luz, que gobernó la conciencia invisible y no se inmiscuía en los asuntos humanos. Al Dios de los Cátaros simplemente no le importaba si alguien se metía en la cama antes de casarse, o si se casaban judíos con árabes, negros con blancos. Para los Cátaros, éste mundo era material, la búsqueda del dinero, poder y posesiones, que fue el sello distintivo de la idolatría.
Los Cátaros creían que se trataba de una libre elección por cada persona en cuanto a si o no querían renunciar a la vida materialista para llevar una vida de abnegación, para purificarse de los deseos materiales y por lo tanto ascender a un mundo diferente, un edénico estado de pureza. El único infierno concebido por los Cátaros era que si una persona no había elegido purificarse, ella re-encarnaba una y otra vez hasta que sus deseos materiales y las pasiones se quemaran en los sufrimientos de la vida material. En resumen, esa era la condena eterna.
El dualismo gnóstico no es nuevo tampoco, sino que es una noción que ha sido compartida por otros credos a lo largo de la historia. Para los Cátaros, sin embargo, la única elección estaba dentro de cada ser humano. Fue en la consciencia humana que la chispa divina se alojó como *El Reino de los Cielos* que está adentro de cada uno, y ésta chispa era un remanente de un estado anterior angelical de la existencia que tenía el potencial de ser redimido. Para los Cátaros, es aquí, en éste mundo, que el ser espera a ser liberado del ciclo de la reencarnación.
Debería ser obvio. Si tales ideas eran ciertas, los sacramentos de la Iglesia Católica eran nulos y sin valor, y la propia Iglesia era un fraude, un engaño cruel jugado por aquellos que sólo buscaban el poder. Si tales ideas eran ciertas, el estado de los seres humanos nunca puede ser considerado de la misma manera otra vez. Si todo el mundo creía como los Cátaros lo hacían, que un rey en una vida podría ser una sirvienta en la siguiente, un judío en una vida podría ser un árabe en la siguiente, y que las mujeres podrían ser seres espirituales altamente evolucionados =incluso líderes= esto le daría un giro completamente diferente de cómo los seres humanos deberían comportarse hacia los demás.
Una de las acusaciones más graves contra los Cátaros era su repugnancia contra los juramentos. Es difícil entender esto ahora, pero puede ser comparado con la idea de que un contrato terrenal moderno no tiene poder vinculante cuando las cuestiones de la moral y la ética entran en escena. 
La toma de posesión de los juramentos, especialmente los juramentos de lealtad, fué el fundamento contractual de la sociedad feudal. Le dio un peso sagrado a los controladores de la jerarquía de la Iglesia Católica. Si un individuo rompía un juramento, podía ser condenado por la autoridad de la Iglesia al infierno. Reinos, sucesiones, obligaciones de servicio, todos fueron creados, transferidos y mantenidos por la mediación de la Iglesia. Se podría decir que los *juramentos* fueron un *corporativismo medieval*.
El catarismo enseñó que el hombre y la mujer eran uno. Un ser humano se re-encarna una y otra vez como campesino, rey, niño, niña, maestro, funcionario, pero lo que realmente importaba era la propia divinidad inmaterial, andrógina, o mejor dicho, sin sexo, un yo espiritual. Eso hizo un daño irreparable a las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre el estado pecaminoso de la mujer, la exclusión de las mujeres de la herencia, la *caída del hombre* a través de la tentación de Eva, y así sucesivamente.



En resumen, el catarismo fue una de las mayores amenazas a los poderes fácticos que hayan existido jamás, al igual que ahora. La Iglesia y los reyes y los gobernantes que dependían de la Iglesia para controlar a la gente y dar peso a sus contratos, no podía permitir que tal herejía se extendiera. Alentados por la Iglesia católica en su nefasta alianza con el poder, inició la búsqueda de aristócratas, el poder de la Europa feudal cayó sobre Languedoc en una furia justa. En cierto sentido, se podría decir que se trataba de una guerra entre la libertad espiritual y el corporativismo espiritual. La civilización occidental había llegado a una encrucijada similar a la encrucijada que los Cátaros enseñaban, que existía dentro de los corazones de los seres humanos individuales: un retorno a la conciencia de los reinos angélicos, o un nuevo ciclo de repetir una y otra vez el dolor y el sufrimiento de la existencia en este valle de lágrimas que llamamos Tierra.
Una campaña de propaganda se puso en marcha. Emisarios papales, que llevaban el hábito manchado de sangre, expiados en la tragedia de un país abandonado a los estragos de la herejía. Éste fue el equivalente de lo que nos mostraron con la caída de las Torres Gemelas en la televisión una y otra vez acompañada por la retórica incendiaria contra el Islam. Así como vemos en la actualidad, y así ha sido a lo largo de la historia, calumnias fantásticos fueron creadas y se extendieron sobre los Cátaros cuando estaban en su apogeo, después los judíos y más tarde los templarios y ahora los musulmanes. La propaganda insidiosa de la Iglesia Católica difundía la noticia de que los Cátaros consumían las cenizas de bebés muertos y se entregaban a orgías incestuosas. Los Cátaros fueron acusados de homosexualidad y sodomía. Se decía que profanaban los cálices de la comunión y que declamaban blasfemias contra los santos, declarando que estaban *condenados*.
Los esfuerzos de esa propaganda tuvieron tanto éxito que los voluntarios para *matarlos a todos* salían de todas las clases sociales... No sólo los caballeros sin tierras que tenían las esperanzas de la adquisición de un feudo para los suyos, si no también campesinos y burgueses. Las cruzadas, en general, se habían formado con una gran parte de la estructura social de la aristocracia europea occidental. Era una manera de apropiarse de la tierra por el saqueo. Lo que hizo tan popular a las cruzadas fue la aprobación de la Iglesia. 
Los que fueron a la guerra *por la Iglesia*, estaban convencidos de que mediante la práctica de una profesión=la de guerrero y asesino= que en otras circunstancias no sería en nada la salvación, en éste caso contra los Cátaros, servirían a Dios, y así estaban salvando su propia alma. Los que participaban de las cruzadas gozaban de indulgencias, privilegios, y podrían ganar el perdón de los pecados más atroces mientras que se les perdonaba la apropiación ilegal de tierras, el pillaje, la fama y la fortuna.
La historia de las cruzadas contra los Cátaros es una historia terrible del triunfo del Arconte de la obscuridad sobre la Luz del Espíritu y de la Libertad. Hemos vivido, desde entonces, en esa sociedad perseguidora que se formó por la cristiandad occidental desde ese momento.

IBEROS


Tanto las fuentes griegas como los descubrimientos arqueológicos nos proporcionan la imagen de un pueblo bajo-andaluz que se benefició de sus inmensos recursos mineros y que inició por el "mar de Afuera" -pasado el estrecho
de Gibraltar- las navegaciones que luego continuarían los fenicios.

Iberos es, pues, un término geográfico y no étnico, que engloba a multitud de pueblos no siempre fáciles de localizar, aunque se sitúen preferentemente en el litoral mediterráneo. Vivieron en ciudades fortificadas, lo que indica su carácter defensivo y la carencia de  unidad política. Poseemos  multitud de figurillas humanas y una cerámica  de pinturas geométricas y  florales e incluso con representación de escenas de la vida familiar y guerrera.
De su lengua escrita  (de la que se conservan, aproximadamente, medio millar de inscripciones, en piedra, plomo y cerámica), ha sido posible sistemizar el alfabeto, pero no de descifrar    su significado.

La estrecha relación de los iberos con sus caudillos naturales dio lugar a una figura jurídica que supieron luego aprovechar los colonizadores: la devotio ibérica.
Los clientes consagraban su vida a una divinidad infernal para que se dignase aceptarla en el combate a cambio de la salvación de la vida de su patrono; de aquí, que si éste moría en la guerra, los devoti estuvieran obligados a suicidarse, ya que sus vidas, al no haber sido aceptadas en trueque por la divinidad, eran ya ilícitas.
Estos pueblos progresaron paulatinamente en la economía monetaria, dentro del área de la dracma griega, para pasar luego a depender del sistema
monetario romano.

Las creencias religiosas denotan un amplio sincretismo de origen mediterráneo. Los santuarios posiblemente jugaron un importante papel político, en cuanto centros de atracción y, en consecuencia, de unificación entre los distintos pueblos, cuya organización siguió siendo la ciudad independiente. Los abundantes exvotos de bronce hallados en los santuarios reflejan una compleja estructura social, del mismo modo que las pinturas de las cerámicas describen la actividad familiar, guerrera y laboral de estos pueblos ibéricos.
El texto de Estrabón describe, con bastante exactitud, los confines de la Península:
-TARTESSOS:

Cerca de Kastoulón hay un monte que por sus minas de plata llaman Argyrós; se dice que de él mana el Baítis. Polybios refiere que éste y el Anas vienen de la Keltiberia y distan entre sí unos novecientos stadios. Parece ser que en tiempos anteriores llamóse al Baítis Tartessós y a Gádeira y sus islas vecinas, Erýtheia. Así se explica que Stesíchoros, hablando del pastor Geryónes, dijese que había nacido "casi enfrente de la ilustre Erýthenia, junto a las fuentes inmensas del Tartessós, de raices argénteas, en un escondrijo de la peña". Y como el río tiene dos desembocaduras, dícese también que la ciudad de Tartessós, homónima del río, estuvo edificada antiguamente en la tierra sita entre ambas, siendo llamada esta región Tartessís, la que ahora habitan los tourdoúloi.

Textos del geógrafo Estrabón. Siglo I a. C.



22 abr 2014

Mi libro en otra web!!



Renglones de Arena de Marisa Infante Jiménez | paginatrece
http://paginatrece.com/2014/04/21/renglones-de-arena-de-marisa-infante-jimenez/#comment-1694

28 mar 2014

VERDAD O LEYENDA?


                         















Secciones: Civilizaciones
Por: José Manuel García Bautista

Del enorme catálogo de ciudades perdidas que existen, sólo un pequeño porcentaje de ellas ha sido efectivamente encontrado. Sucede que, en su gran mayoría, aquellas que se han buscado por décadas, jamás tuvieron una realidad concreta. Como en el caso de los monstruos de las leyendas, estas elusivas urbes se niegan a revelar fácilmente sus secretos; razón por la cual son difíciles de olvidar y fáciles de convertirse en obsesión. Paradójicamente, los lugares que nunca existieron han sido los depositarios de una inversión de capital y de sacrificio humano enorme. Pero el mito rara vez desaparece y los descubrimientos que se realizan no hacen otra cosa que transformarlos y aumentarlos. “Si tal ciudad que se creía perdida para siempre ha sido hallada, ¿por qué no puede suceder lo mismo con tal otra?”. Este sencillo argumento ha sido encontrado en boca de grandes exploradores que, con mayor o menor fortuna, se lanzaron en la búsqueda. En 1839, un joven abogado norteamericano, llamado John L. Stephens, ingresó en Honduras con los manuscritos de un cierto coronel Garlindo en la mano. El militar hacía mención de extraños monumentos perdidos en la selva de Yucatán y América Central; y refería que, en un documento del año 1700, se hablaba de antiguas edificaciones a orillas del río Copán, en Honduras. Stephens se entusiasmó con la idea y, junto al magnífico dibujante Frederic Catherwood, decidió partir para descubrir el misterio.
Tras innumerables contratiempos (entre los que encontraron la cárcel misma), el abogado contrató algunos guías nativos y se internó en la selva tropical. Luego de largos días de caminatas, martirizados por los insectos, la humedad y las lianas, los exploradores alcanzaron una pequeña aldea india a orillas del tan buscado río. Nadie conocía nada sobre las ruinas que referían los documentos que habían leído los gringos. Desalentados, decidieron hacer una visita final por los alrededores y, como en las novelas, a último momento, después de despejar una cortina de ramas, Catherwood se topó con una estela de tres metros de alto, cuadrangular y completamente esculpida en sus cuatro caras. Era una muestra de arte completamente desconocida en las Américas. Entusiasmados con el hallazgo siguieron explorando y sacaron a la luz otras trece estelas; más tarde escaleras, pirámides y palacios. Una nueva civilización acababa de salir del olvido: la Maya. Stephens y Catherwood registraron y dibujaron todo lo que pudieron, y cuando la oportunidad se presentó (bajo la figura de un indio llamado José María, que poseía un arrugado título de propiedad sobre los terrenos), compraron las tierras, con ruinas incluidas, al “exorbitante” precio de cincuenta dólares. Ya de regreso a los Estados Unidos, Stephens escribió y publicó el relato de su viaje, enriquecido con los dibujos de su compañero, logrando un éxito enorme.
Otro afortunado explorador de fines del siglo pasado fue el arqueólogo americano Edward Herbert Thompson, quien, en las soledades de la retorcida selva al norte de Yucatán, descubrió, junto con su guía indio, las monumentales ruinas de la ciudad más famosa del nuevo imperio maya: Chichén Itzá. Al igual que Stephens, Thompson había sido conducido por una crónica; la del primer obispo de Yucatán, Diego de Landa, quien en 1566 escribiera su Relación de las cosas de Yucatán.
Desde el mítico El Dorado (nombrado y perseguido por los conquistadores españoles del siglo XVI) a la legendaria ciudad perdida de Zinj, que la tradición ubica en las selvas tropicales de África Central (y que el novelista Michael Crichton rescatara del olvido para colocarla como centro de su novela Congo), las ciudades perdidas han venido enriqueciendo la literatura y la exploración existe un inventario de ciudades encontradas por exploradores como Gene Savoy, Johan Rehinhard, Peter Frost, Nicholas Asheshov y otros, Para información de los lectores, de todas las ciudades perdidas o restos arqueológicos hallados en el mundo, se puede afirmar que más del 80 por ciento de estas, han sido halladas por aventureros, exploradores, investigadores y otros, sin que los llamados a hacer este tipo de labor (los arqueólogos) hayan participado en tal honrosa aventura (es que a decir de ellos no son aventureros, sino, “científicos”).
Así el explorador Schliemann descubrió Troya; la mítica ciudad de Homero descrita en La Ilíada, que hasta esa fecha era considera una genial y poética leyenda. Gracias a la intuición de Claudios Rich, se realiza el descubrimiento de Babilonia, cuyo único precedente de su existencia se encuentra solo en cortísimos relatos bíblicos; Y que decir de la tumbas de Tutankhamón, Petra, la ciudad de piedra; elpropio Machu Picchu, Espíritu Pampa -Vilcabamba la vieja, Choquequirao, etc. Todas ellas fueron descubiertas por personajes que no mostraron mayor oficio que el de aventurero. Al leer e interiorizarnos sobre estos descubrimientos extraemos lecciones que nos muestran como las antiguas leyendas han perdido tal condición, transformándose en ciudades reales. Inscripciones esotéricas (adjudicadas, indistintamente, a fenicios, hebreos, romanos, egipcios o vikingos) han venido siendo encontradas en América por un sin fin de exploradores desde hace tiempo. Nunca ninguno pudo certificar la autenticidad de esas escrituras ni entregar, a un cuerpo de técnicos especialistas, un ejemplar material de ellas. Sólo comentarios, rumores, pruebas perdidas en accidentes, pero jamás un dato seguro, una datación comprobable o un sitio específico en donde encontrarlas. Siempre un imaginario desaforado que devora cualquier resto de sentido común y cientos de investigaciones, responsables y serias. En 1850, un francés llamado Angrand confesó abiertamente, mientras abría zanjas en un lugar identificado más tarde como Choquequisau, que lo que le había atraído eran los rumores sobre «el inmenso tesoro (…) enterrado entre las ruinas cuando los supervivientes de la raza del Sol se retiraron a su refugio impenetrable». Como era de esperar, este aventurero francés no encontró absolutamente nada.
Teilhard , jesuita teólogo y paleontólogo. En la década de los años veinte del siglo pasado viajó al Asia Central uniéndose a la expedición Haardt-Citroen en la búsqueda de la misteriosa ciudad perdida de Agartha. Lo más probable es que también buscase los restos ocultos de la secta de los esenios basándose en la teoría de que este grupo se replegó hacia una región oculta de Asia después de que Jerusalén cayese en manos de los romanos. Aunque dejó un importante obra escrita, mucha fue publicada después de su muerte y una importante cantidad de manuscritos podrían permanecer en los archivos secretos de los jesuitas en Raven…



19 ene 2014

Espacio Tiempo



La nube que detuvo el tiempo. Pausas espacio-temporales




Expediente abierto

Todos habréis escuchado más de una vez alguna historia que cuenta como algunas personas han sufrido en sus vidas una especie de paréntesis o lapsus espacio-temporales. A veces son saltos en el tiempo, otras veces son pausas en las que el tiempo parece no avanzar para ellos. En la mayoría de los casos, estas experiencias se preceden de extraños fenómenos atmosféricos en los que los protagonistas se ven envueltos. Hoy os contaré uno en especial que sucedió en España hace unas décadas y que a día de hoy, todavía permanece envuelto en las mismas incógnitas que se generaron el día en que sucedieron los extraños acontecimientos.

Todo ocurrió un 31 de enero de 1978, en los cielos grises y nublados del País Vasco. El vuelo 502 de la compañía española Aviaco, con el mando del comandante Carlos García Bermúdez, surcaba los cielos cubriendo el trayecto entre Valencia y Bilbao. Cuando se aproximaban al aeropuerto de Sondika (Bilbao), un espeso y opaco manto de nubes se situó a un kilómetro de altura. 

 Desde la torre de control se les indicó que debían de modificar su plan de vuelo y dirigirse hacia el aeropuerto de Santander, a unos cien kilómetros y con unas condiciones meteorológicas más propicias para el aterrizaje. El comandante Bermúdez modifico la trayectoria del avión y lo situó a 10000 metros de altura en dirección hacia Santander, en apenas 15 minutos tomarían tierra en el nuevo destino, sin embargo, en ese momento, algo anormal apareció frente a ellos.

La tripulación pudo observar como una enorme nube se formaba de la nada, era lenticular, compacta, enorme y tan brillante que tanto piloto como copiloto tuvieron que ponerse gafas protectoras para poder ver con normalidad.

 Penetraron en el interior de la nube a 22 millas del aeropuerto de Bilbao y, a los pocos instantes, todo el instrumental electrónico pareció volverse loco. Las comunicaciones con tierra se perdieron y los esfuerzos del copiloto y del operador de radio para contactar con los aeropuertos de Bilbao o de Santander fueron en vano. El contador espacial del avión empezó a marcar que estaban al revés o, lo que es lo mismo, que llevaban una trayectoria contraria a la que realmente llevaban. Las seis brújulas electrónicas que llevaba el avión dejaron de funcionar al mismo tiempo y en el horizonte artificial que muestra la horizontalidad del avión, éste aparecía boca abajo.

Durante siete minutos, la situación fue más que angustiosa para el comandante Bermúdez que, con más de 11500 horas de experiencia en vuelos comerciales jamás se había visto envuelto en una situación semejante.

 Al salir de la nube, todo volvió de repente a la normalidad, todo el instrumental retornó a sus parámetros normales a excepción del cuenta millas que, sorprendentemente, marcaba la misma distancia recorrida que en el mismo momento en el que se introdujeron en la nube, como si en aquellos siete minutos el avión no hubiese recorrido ni un solo metro de distancia.

El vuelo 502 aterrizó minutos después sin ningún problema en Santander y allí la tripulación dio parte de lo ocurrido. Ya en su destino descubrieron que el último tramo del trayecto, desde Bilbao a Santander había durado 32 minutos, diecisiete minutos más de lo que debía de haber tardado. Nunca supieron explicar donde habían estado los quince minutos restantes. El piloto pensó que aquella nube los había tragado en una suerte de grieta espacio-temporal en la que el tiempo se había ralentizado de algún modo inexplicable.

Se estudió el caso y las posibilidades de que hubieron quedado atrapados en algún tipo de carga de electricidad estática, pero cualquier explicación quedó descartada. El caso ha pasado a la historia como una de las anomalías más sorprendentes a las que se han enfrentado pilotos españoles a lo largo de su historia. Tres décadas después, el expediente sigue abierto.

Expedientes del misterio (Libros Cúpula


19 nov 2013

Princesa Amon-Ra


Mitos y leyendas. La maldición de la princesa Amon-Ra.

La sacerdotisa maldita.

 La hoy conocida como Princesa de Amon-Rao “Sacerdotisa de Amon-Ra”  vivió alrededor del año mil quinientos antes de Cristo. Cuando murió fue depositada en un  bello sarcófago de madera, embalsamada y enterrada en una cripta en Luxor, junto a la ribera del Nilo. Más de tres mil años después, a finales de 1890, cuatro jóvenes adinerados de Inglaterra visitaron las excavaciones que se desarrollaban en ese lugar.


Allí pudieron contemplar el hermoso sarcófago de la princesa recién extraído de la cámara mortuoria. Pujaron por él hasta que uno de ellos fijó una suma demasiado alta para los demás e hizo que algunos nativos trasladaran la valiosa pieza a su hotel. Horas más tarde, el nuevo propietario del sarcófago se internó solo en las arenas del desierto y no volvió a ser visto jamás. Al día siguiente, uno de sus tres compañeros perdió un brazo tras ser herido accidentalmente por el disparo de uno de sus criados egipcios. La maldición atacó a los dos restantes al volver a Inglaterra: uno descubrió que sus ahorros se habían esfumado; el otro quedó inutilizado por una grave enfermedad y terminó sus días vendiendo cerillas en la calle.


Tiempo después, y tras la racha de infortunios, el sarcófago llegó a Inglaterra dejando un rastro de desgracias. Su nuevo dueño, un empresario del lugar, sería una nueva víctima de la cadena de extraños percances: tres de sus parientes resultaron heridos en un accidente de coche y su casa se incendió. La superstición pudo con el caballero, y donó la pieza al Museo Británico. La supuesta maldición actuó ya durante el transporte del objeto, ya que el camión se puso en marcha de forma inesperada y atropelló a un peatón. Además, uno de los operarios que lo llevaba se rompió una pierna y otro murió a los pocos días aquejado por una enfermedad desconocida. Los problemas se agravaron cuando el precioso ataúd se colocó en la sala egipcia del museo: los vigilantes escuchaban golpes y sollozos que venían del interior del sarcófago; otras piezas se movían sin causa aparente; se encontró a un guardián muerto durante la ronda y los otros dejaron el trabajo; las limpiadoras se negaban a trabajar cerca de la momia… Por fin se decidió trasladar la pieza al sótano para evitar problemas. No funcionó. Uno de los conservadores murió y su ayudante cayó muy enfermo.

La prensa comenzó a hacerse eco de la maldición. Un reportero hizo una fotografía del sarcófago. Cuando la reveló, había una horripilante cara humana en lugar del pacífico rostro bellamente pintado en la madera. Se dice que, tras contemplar la imagen durante un rato, el fotógrafo se fue a casa y se pegó un tiro. Finalmente, el Museo Británico decidió desprenderse de la “Princesa”. Un coleccionista la compró y, tras la clásica cadena de muertes y desgracias, la encerró en el desván y buscó ayuda.

 

El llamamiento del asustado caballero fue atendido por Madame Helena Blavatski, toda una autoridad en el mundillo ocultista de principios del siglo XX. Nada más entrar en la casa sintió como una presencia maligna emanaba del desván. Descartó la idea del exorcismo y suplicó a  su propietario que se deshiciera de ella con urgencia. ¿Pero quién, en toda Inglaterra, iba a  querer   comprar una momia maldita? Nadie. Afortunadamente, fuera del país surgió un comprador: un arqueólogo americano que achacó las desgracias a una cadena de casualidades. Se preparó el envío a Nueva York. La noche del 10 de abril de 1912, el propietario consignó los restos mortales de la princesa de Amon-Ra en un barco que se disponía a atravesar el Atlántico con dos mil doscientos veinticuatro pasajeros: el trasatlántico clase Olympic R.M.S. Titanic.

¿Leyendas? ¿Una serie de acontecimientos y casualidades frutos del azar? ¿O quizas… ?

Posteado por Sinuhé. Tejiendo el Mundo.



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Reseña: "En la puerta del otro lado". Por Fernando G. Mancha


“EN LA PUERTA DEL OTRO LADO” O LA ODISEA DE ALMA

EL ANZUELO...

Marisa Infante, escritora gaditana afincada en Adra, nos regala su primera novela, “En la puerta del otro lado” (Entrelíneas Editores, Madrid, 2005), en la que nos invita a cruzar con ella una singular puerta, nexo de culturas, espacios y tiempos.

Marisa nos lanza su anzuelo ya desde el inicio, cuando, incluso antes de empezar la novela, en una nota introductoria, nos confiesa: “Algo más fuerte que yo me condicionó para que (esta historia) fuera transcrita”. Y es cuando nos preguntamos el porqué de que diga transcrita en lugar de escrita.

… QUE TE ATRAPA.

Un inicio de novela un tanto complicado -al utilizar un lenguaje barroco, adornado, pleno de cultismos y adjetivaciones que, en ciertos momentos puede crear una falsa distancia con el lector- deja paso, conforme ésta avanza, a un léxico menos sofisticado que se va adhiriendo al lector sin que éste se dé cuenta, entre interesantes diálogos y una trama enigmática. Y eso provoca que la novela no caiga de su manos (las del leyente), muy por el contrario le atrapa, le deja con la miel en los labios, le obliga a seguir leyendo, le obliga a buscar respuestas... a averiguar hacia qué extraños laberintos se encaminan Alma, Ilia y Alef. Porque... ¿qué puede pasar cuando se desafían las leyes del Universo?

UN VIAJE INTERIOR...

“En la puerta del otro lado” es un viaje iniciático, una experiencia introspectiva, una búsqueda interior... un shock, que arrastra a su protagonista, Alma (¿cuánto de Alma hay en Marisa?, ¿cuánto de Marisa hay en Alma?) hacia otro universo posible, hacia un mundo inquietante, hacia una cultura paralela, hacia unos ojos infinitos... los de Alef.

Es una dura batalla la que mantiene la protagonista consigo misma y, me atrevería a decir (que me perdone Marisa si no es así), un más que probable ejercicio terapeútico de la autora.

Sin duda, es un viaje extraño y magnífico éste de Alma, agónico, quántico “a la vorágine intemporal”; es un viaje espiritual, astral, una odisea alucinante “más allá de los parámetros del cosmos conocido”, una epopeya en un mundo arcano, un viaje al corazón de las civilizaciones, un viaje -en definitiva- a su propio corazón.

… HACIA EL AMOR.

Y todo ello provocado por el amor y es que, como bien dice la autora, “sólo los dioses saben de qué color se dibuja el alma”.

Pues “En la puerta del otro lado” es también una complicada historia de amor, una historia que empieza “con el pie cambiado” y que resultará intensa, obsesiva y extenuante, protagonizada por dos seres imperfectos (como lo somos todos), profundamente enamorados pero que chocan a cada instante...; dos seres de fuerte carácter, muy impetuosos, pasionales e inmaduros, condenados al encuentro y al desencuentro... reincidentes.

¿Por qué, a veces (tantas veces), dos personas que se aman se empeñan en ponerse las cosas tan difíciles? Un amor -sucesión infinita de huidas y encuentros, de consciencia e inconsciencia, de frialdad y arrebatos, de esperanzas y vacíos, de consuelos y desconsuelos, placeres y “soliviantos”, complicidad y desconfianzas- que debe traspasar las barreras más terribles: las del espacio, las del tiempo, las de la tradición.

ALICIA A TRAVÉS DEL ESPEJO...

Alma, cual la Alicia de Lewis Carrol, atraviesa el espejo, se adentra en la madriguera, en contra de su voluntad y descubre “paisajes ignotos, desdibujados y descatalogados” a los que, sin embargo, se siente extrañamente ligada... ligada a un nosequé mitológico y mágico, lo que pudo ser y no fue, lo que es y pudo no haber sido... o todo ello, hilvanado en distintos momentos, en planos que se yuxtaponen, en universos paralelos... algo que se escapa a nuestra aburguesada racionalidad.

Es un relato pleno de matices filosófico-existenciales a la vez que poéticos (“... mi reflexión... el significado de las palabras que yacen latentes, camufladas entre las hojas de los libros”; “... la subjetividad del infinito, de la lógica...”), además de resultar un reflejo de la “vorágine intemporal” (como antes decíamos) del presente que vivimos, rebosante de lobos al acecho.

… O ULISES HECHO MUJER.

Alma es Alicia, pero quizás es más una Ulises contemporánea, que busca el camino de regreso a su Ítaca (“recordaba las largas tardes de otoño, donde mis libros me deleitaban con su inapreciable compañía”), que lucha contra gigantes Polifemos (preceptos, convenciones, tristezas y soledades “de un solo ojo”), que cae en las redes de un Calipso de ojos azules, que desea escuchar los cantos de las sirenas aunque se niega a ser atrapada por ellos...; es la suya una peculiar odisea, sin una Penélope que desteja para ella (¿o quizás sea ese Calipso su Penélope?) ni un Telémaco que le ayude a tomar venganza...; es “otra” odisea, una peculiar y enigmática epopeya.

LECTOR, ATRAVIESA LA PUERTA.

Alma, que trabaja con ahínco en su tesis doctoral, es una estudiosa apasionada, una amante incondicional de la historia y de la arqueología y cuando, a su pesar, cruza “la puerta” descubre una extraña y civilizada organización que le hace plantearse que “debía averiguar cómo y porqué (…) me había precipitado en tan misterioso horizonte”.

Leyes, castas y culto; una estirpe que debe perpetuarse y una tradición ancestral; un misterio por ser desvelado, memorias del pasado; y el amor que... ¿lo puede todo?

Y es hasta aquí hasta donde puedo desvelar... el resto lo deberéis descubrir vosotros mismos. Pues como os contaba al principio, Marisa Infante nos regala su primera novela, “En la puerta del otro lado”, en la que nos invita a cruzar con ella un singular espejo, nexo de culturas, espacios y tiempos... ¿te atreves a traspasarla?

por Fernando Gómez Mancha, autor de “El cuerpo desobediente” y de “El hombre perpendicular”.

ENLACES DE INTERÉS:

- “En la puerta del otro lado” en Casa del Libro:

www.casadellibro.com/libro-en-la-puerta-del-otro-lado/1037118/2900001063768- Blog “Susurros de arena” de Marisa Infante, autora de “En la puerta del otro lado”:

http://minfantj.blogspot.com-

Blogs de Fernando Gómez Mancha, autor de la reseña:

http://fgmancha.blogspot.com

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Fernando Gómez Mancha



ARQUEOLOGÍA

Ciudades perdidas, ciudades legendarias.

Secciones: Civilizaciones
Por: José Manuel García Bautista

Del enorme catálogo de ciudades perdidas que existen, sólo un pequeño porcentaje de ellas ha sido efectivamente encontrado. Sucede que, en su gran mayoría, aquellas que se han buscado por décadas, jamás tuvieron una realidad concreta. Como en el caso de los monstruos de las leyendas, estas elusivas urbes se niegan a revelar fácilmente sus secretos; razón por la cual son difíciles de olvidar y fáciles de convertirse en obsesión.

Paradójicamente, los lugares que nunca existieron han sido los depositarios de una inversión de capital y de sacrificio humano enorme. Pero el mito rara vez desaparece y los descubrimientos que se realizan no hacen otra cosa que transformarlos y aumentarlos. “Si tal ciudad que se creía perdida para siempre ha sido hallada, ¿por qué no puede suceder lo mismo con tal otra?”. Este sencillo argumento ha sido encontrado en boca de grandes exploradores que, con mayor o menor fortuna, se lanzaron en la búsqueda. En 1839, un joven abogado norteamericano, llamado John L. Stephens, ingresó en Honduras con los manuscritos de un cierto coronel Garlindo en la mano.

El militar hacía mención de extraños monumentos perdidos en la selva de Yucatán y América Central; y refería que, en un documento del año 1700, se hablaba de antiguas edificaciones a orillas del río Copán, en Honduras. Stephens se entusiasmó con la idea y, junto al magnífico dibujante Frederic Catherwood, decidió partir para descubrir el misterio.

Tras innumerables contratiempos (entre los que encontraron la cárcel misma), el abogado contrató algunos guías nativos y se internó en la selva tropical. Luego de largos días de caminatas, martirizados por los insectos, la humedad y las lianas, los exploradores alcanzaron una pequeña aldea india a orillas del tan buscado río. Nadie conocía nada sobre las ruinas que referían los documentos que habían leído los gringos.

Desalentados, decidieron hacer una visita final por los alrededores y, como en las novelas, a último momento, después de despejar una cortina de ramas, Catherwood se topó con una estela de tres metros de alto, cuadrangular y completamente esculpida en sus cuatro caras. Era una muestra de arte completamente desconocida en las Américas. Entusiasmados con el hallazgo siguieron explorando y sacaron a la luz otras trece estelas; más tarde escaleras, pirámides y palacios.
Una nueva civilización acababa de salir del olvido: la Maya. Stephens y Catherwood registraron y dibujaron todo lo que pudieron, y cuando la oportunidad se presentó (bajo la figura de un indio llamado José María, que poseía un arrugado título de propiedad sobre los terrenos), compraron las tierras, con ruinas incluidas, al “exorbitante” precio de cincuenta dólares.

Ya de regreso a los Estados Unidos, Stephens escribió y publicó el relato de su viaje, enriquecido con los dibujos de su compañero, logrando un éxito enorme.
Otro afortunado explorador de fines del siglo pasado fue el arqueólogo americano Edward Herbert Thompson, quien, en las soledades de la retorcida selva al norte de Yucatán, descubrió, junto con su guía indio, las monumentales ruinas de la ciudad más famosa del nuevo imperio maya: Chichén Itzá. Al igual que Stephens, Thompson había sido conducido por una crónica; la del primer obispo de Yucatán, Diego de Landa, quien en 1566 escribiera su Relación de las cosas de Yucatán.

Desde el mítico El Dorado (nombrado y perseguido por los conquistadores españoles del siglo XVI) a la legendaria ciudad perdida de Zinj, que la tradición ubica en las selvas tropicales de África Central (y que el novelista Michael Crichton rescatara del olvido para colocarla como centro de su novela Congo), las ciudades perdidas han venido enriqueciendo la literatura y la exploración existe un inventario de ciudades encontradas por exploradores como Gene Savoy, Johan Rehinhard, Peter Frost, Nicholas Asheshov y otros, Para información de los lectores, de todas las ciudades perdidas o restos arqueológicos hallados en el mundo, se puede afirmar que más del 80 por ciento de estas, han sido halladas por aventureros, exploradores, investigadores y otros, sin que los llamados a hacer este tipo de labor (los arqueólogos) hayan participado en tal honrosa aventura (es que a decir de ellos no son aventureros, sino, “científicos”).

Así el explorador Schliemann descubrió Troya; la mítica ciudad de Homero descrita en La Ilíada, que hasta esa fecha era considera una genial y poética leyenda. Gracias a la intuición de Claudios Rich, se realiza el descubrimiento de Babilonia, cuyo único precedente de su existencia se encuentra solo en cortísimos relatos bíblicos; Y que decir de la tumbas de Tutankhamón, Petra, la ciudad de piedra; el propio Machu Picchu, Espíritu Pampa -Vilcabamba la vieja, Choquequirao, etc.

Todas ellas fueron descubiertas por personajes que no mostraron mayor oficio que el de aventurero. Al leer e interiorizarnos sobre estos descubrimientos extraemos lecciones que nos muestran como las antiguas leyendas han perdido tal condición, transformándose en ciudades reales. Inscripciones esotéricas (adjudicadas, indistintamente, a fenicios, hebreos, romanos, egipcios o vikingos) han venido siendo encontradas en América por un sin fin de exploradores desde hace tiempo. Nunca ninguno pudo certificar la autenticidad de esas escrituras ni entregar, a un cuerpo de técnicos especialistas, un ejemplar material de ellas. Sólo comentarios, rumores, pruebas perdidas en accidentes, pero jamás un dato seguro, una datación comprobable o un sitio específico en donde encontrarlas.

Siempre un imaginario desaforado que devora cualquier resto de sentido común y cientos de investigaciones, responsables y serias. En 1850, un francés llamado Angrand confesó abiertamente, mientras abría zanjas en un lugar identificado más tarde como Choquequisau, que lo que le había atraído eran los rumores sobre «el inmenso tesoro (…) enterrado entre las ruinas cuando los supervivientes de la raza del Sol se retiraron a su refugio impenetrable». Como era de esperar, este aventurero francés no encontró absolutamente nada.
Teilhard , jesuita teólogo y paleontólogo. En la década de los años veinte del siglo pasado viajó al Asia Central uniéndose a la expedición Haardt-Citroen en la búsqueda de la misteriosa ciudad perdida de Agartha. Lo más probable es que también buscase los restos ocultos de la secta de los esenios basándose en la teoría de que este grupo se replegó hacia una región oculta de Asia después de que Jerusalén cayese en manos de los romanos. Aunque dejó un importante obra escrita, mucha fue publicada después de su muerte y una importante cantidad de manuscritos podrían permanecer en los archivos secretos de los jesuitas en Raven…


EXEGESIS

El Cristianismo, desde el principio, fue dirigido principalmente a una audiencia romana o romanizada El Mundo Romano estaba acostumbrado a deificar[26] a sus gobernantes. El César ya había sido oficialmente instituido como un dios. A fin de entrar en competencia, había que divinizar también a Jesús - A quien nunca antes nadie habría considerado un dios. Y esto sería la misión de Pablo.
Antes de ser diseminada exitosamente de Palestina a Siria, Asia Menor, Grecia, Egipto, Roma y Europa Occidental; la nueva religión tenía que convertirse análogo aceptable para la gente de aquellas regiones, y tenía que ser capaz de mantenerse firme ante los credos ya establecidos. Si Jesús iba a ganar terreno en el mundo romanizado de su época, 'tenía que convertirse en un dios' en todo el sentido de la palabra; no un Mesías en el antiguo sentido de la palabra , no un rey-sacerdote, 'tenía que ser un dios encarnado' - Al igual que sus contrapartes sirios , fenicios y greco-romanos - que había pasado por el mundo de las tinieblas y por el crepitante fuego del infierno y había emergido rejuvenecido, con la primavera. Fue en este punto que la idea de la Resurrección asumió una importancia crucial, y por una obvia razón; para poner a Jesús al nivel de Tammuz, Adonis, Attis, Osiris y todos los otros dioses que morían y resucitaban en el mundo y la mentalidad de la gente en los tiempos de Jesús.
Apuntando a una audiencia romana y divinizando a Jesús, la expansión de lo que luego sería la ortodoxia cristiana, tendría éxito seguro. La posición de esta ortodoxia empezó a consolidarse definitivamente en el siglo II EC, principalmente, a través de Ireneo, Obispo de Lyon alrededor del año 180 EC. Irineo se dedico, tal vez más que otros Padres de la Iglesia, a darle a la Teología cristiana una forma estable y coherente. Consiguió esto primeramente con su voluminosa obra "Libros Quinque Adversus Hereses" ("Cinco libros contra herejías"). En su exhaustivo estudio, Ireneo catalogó todas las desviaciones de la ortodoxia, aún gestándose en ese entonces, y las condenó con vehemencia. Deplorando la diversidad, declaró que debía haber una sola Iglesia válida; fuera de ella no habría salvación. Cualquiera que desafiara esta afirmación era declarado herético por Ireneo, debla ser expulsado y, de ser posible, eliminado.
Entre las numerosas manifestaciones de la Cristiandad antigua; el Gnosticismo (Del griego 'Gnosis', traducido como 'Conocimiento') sería el blanco de los más furiosos ataques de Ireneo.
El Gnosticismo se basaba en la experiencia personal, en la comunión del individuo con lo divino. Para Ireneo, esto disminuía la autoridad de los sacerdotes y obispos, obstaculizando el intento de imponer la uniformidad religiosa. De aquí que Irineo dedicó todos sus esfuerzos para suprimir el gnosticismo. Para esto, se hizo necesario apartar a la gente de la especulación individual; debía enseñarseles a no cuestionar la fe en dogmas fijos. Se hizo necesario tener un sistema teológico, una estructura de principios ordenados, que no den al individuo la oportunidad de desarrollar su interpretación personal En oposición a la experiencia personal y la Gnosis, Ireneo insistió en una Iglesia Única y 'Católica' (Universal) basada en los' fundamentos de los apóstoles y la sucesión de los mismos. Para implementar la creación de tal Iglesia, Ireneo reconoció que se debía disponer de un canon definitivo, una lista fija de escrituras aceptadas oficialmente. Con este fin compiló su 'Canon' , eligiendo entre las obras a su disposición, incluyendo algunas y excluyendo otras. Ireneo es el primer autor cuyo Nuevo Testamento Canónico concuerda, en esencia, con el de nuestros días.
Sin embargo, tales medidas no evitaron la aparición de tempranas 'Herejías', por el contrario; estas continuaron floreciendo. Pero la Ortodoxia que Ireneo promovió asumió una-forma estable que le aseguró la supervivencia y la victoria eventualmente. No sería irracional afirmar que Irineo abrió las puertas para lo que luego sucedería en el reinado de Constantino (Que con su auspicio, hizo del Imperio Romano un Imperio Cristiano, en cierto sentido) e inmediatamente después de este.
El rol de Constantino en la historia y desarrollo del Cristianismo ha sido distorsionado, mal representado y peor comprendido. Según las posteriores tradiciones de la Iglesia, Constantino habría heredado de su padre una simpática predisposición hacia el Cristianismo. En la práctica, esta predisposición parece más bien un caso de conveniencia. Pues los cristianos eran ya numerosos en esa época; y Constantino necesitaba todo el apoyo disponible contra Majencio (Maxentius), su rival en la lucha por el Trono Imperial. En el año 312 EC, Majencio fue aniquilado en la batalla de Puente Milvio, dejando a Constantino sin competidores en su lucha por el Trono Imperial. Se dice que , inmediatamente antes de la mencionada batalla, Constantino tuvo la visión - Reforzada después por un sueño profético - de una cruz luminosa pendiendo en el cielo.
Supuestamente tenía una inscripción que la atravesaba 'In hoc signo vinces' (Con este signo vencerás). La tradición cuenta que , aferrándose a este signo celestial, Constantino rápidamente mandó que los escudos de sus soldados sean blasonados con el símbolo cristiano - Las letras griegas Chi y Rho , primeras dos letras de la palabra 'Christos'. Esto resultó en que la victoria de Constantino sobre Majencio en Puente Milvio pase a representar el triunfo de la Cristiandad sobre el paganismo.
Esa es la tradición popular de la Iglesia, en base a ella, se piensa comúnmente que 'Constantino convirtió al Imperio Romano al Cristianismo'. Sin embargo, Constantino no hizo tal cosa. Para decidir qué fue lo que hizo Constantino precisamente, debemos examinar las evidencias con más detenimiento.
En primer lugar; la 'Conversión' de Constantino, si se la puede llamar así, no parece haber sido cristiana, sino descaradamente pagana . Tal parece que Constantino tuvo un tipo de visión, o 'experiencia', en los precintos de un templo pagano dedicado al dios Apolo Gálico, en los Vosgues o cerca de Autun. Según un testigo acompañando al ejército de Constantino, la visión fue del Dios Sol - Deidad adorada por ciertos cultos bajo el nombre de 'Sol Invictus' ('Sol invencible'). Hay evidencia que muestra que Constantino fue iniciado en uno de estos cultos al Sol Invicto, poco antes de tener su 'visión'. De cualquier forma, el Senado Romano erigió, después de la batalla de Puente Milvio, un arco triunfal en el Coliseo. De acuerdo a la inscripción en este arco, la victoria se debió " a la mano dé la Deidad... Pero la Deidad en cuestión no era Jesús, era el Sol Invicto, la deidad solar pagana.[27]
Contrariamente a la tradición cristiana, Constantino no hizo del Cristianismo la religión oficial del Estado Romano. La religión del estado bajo Constantino era, de hecho, la pagana adoración del sol. Y Constantino fue toda su vida el Sacerdote Supremo. De hecho, su reinado se llamó "La Imperatoria del sol" y el Sol Invicto figuraba por doquier , incluso en las enseñas reales y las monedas acuñadas en el Imperio. La imagen de Constantino como un ferviente converso al Cristianismo está obviamente errada. El mismo no fué bautizado hasta el año 337 EC , cuando yacía en su lecho de muerte, aparentemente muy débil o imposibilitado para negarse. Tampoco se le puede acreditar el monograma Chi Rho. Una inscripción con este mismo monograma fue encontrada en una tumba en Pompeya, dos siglos y medio antes de estos acontecimientos.[28]
El culto al Sol Invicto era originalmente sirio y fue impuesto por los emperadores romanos a sus súbditos un siglo antes de Constantino. A pesar de contener elementos del culto de Baal y Astarte, era esencialmente monoteísta. En efecto, asumía que el dios sol era la suma de los atributos de todos los otros dioses y así, pacíficamente, sometió a todos sus rivales potenciales. Más aún, armonizaba convenientemente con el culto de Mitra - Que también prevalecía en Roma y el Imperio por ese entonces, y también envolvía la adoración del sol.
Para Constantino, el culto al Sol Invicto era lo más conveniente. Su objetivo primordial, una obsesión de hecho, era la unidad - Unidad política, unidad religiosa y territorial. Un culto o religión estatal que incluyera a todos los demás cultos ayudaba, obviamente, a cumplir con ese objetivo. Y fué bajo los auspicios del Sol Invicto que el Cristianismo consolidó su posición.
El 'Cristianismo Ortodoxo' tenía mucho en común con el culto del Sol Invicto, y por tanto pudo florecer bajo la sombra de tolerancia de este último. El culto del Sol -Invicto, siendo esencialmente monoteísta, abrió la senda para el monoteísmo de la Cristiandad. El culto del Sol Invicto era conveniente en otros aspectos también, pero estos aspectos modificaron al cristianismo, a la vez que facilitaban su expansión. Por un decreto anunciado en 321 EC, Constantino ordenó que las cortes de justicia debían cerrar en el Venerable día del sol - el domingo - y decretó además que este, debía ser un día de descanso. Hasta entonces la Cristiandad se había aferrado al descanso sabatino de los judíos considerándolo sagrado. Sin embargo, por el edicto de Constantino, la Cristiandad transfirió su día sagrado al domingo (Día del sol). esto no solo trajo armonía entre la Cristiandad y el régimen existente; sino que permitió que la primera se desligue de sus orígenes judaicos. Otro ejemplo, el nacimiento de Jesús se celebraba. el 6 de enero hasta el siglo IV EC. Sin embargo, el día principal del año en el culto solar era el 25 de diciembre, el festival de Natalis Invictus, el nacimiento - o renacimiento - del sol, cuando los días empiezan a ser más largos. En este caso también, la Cristiandad se sometió a los mandamientos del régimen y las costumbres de la religión estatal establecida.
El culto del Sol Invicto era muy parecido al culto de Mitra, tanto que se los confundía. a veces[29] Ambos enfatizaban el elevado status del sol. Ambos celebraban un gran festival del nacimiento el día 25 de diciembre. Por lo tanto el cristianismo también encontraría puntos de convergencia con el Mitraísmo - Mas aún porque el culto de Mitra declaraba la inmortalidad del alma, un futuro Juicio y la resurrección de los muertos.
A fin de lograr su ansiada unidad, Constantino intentó achicar las diferencias entre el Cristianismo, el Mitraísmo y el Sol Invicto, y deliberadamente, decidió no ver contradicción alguna entre estos cultos. Por este sentido toleró al Jesús divinizado como la encarnación terrenal del Sol Invicto; construía una iglesia cristiana y, al mismo tiempo, una estatua de la diosa Cibeles y del Sol Invicto , este último sería una estatua del propio Constantino, con sus facciones.
En estas actitudes conciliadoras y ecuménicas se puede ver nuevamente el afán de unidad. La fe era para Constantino una cuestión de política; y cualquier fe que conducía a la deseada unidad era tratada con preferencia.
A pesar de no ser el buen cristiano que las tradiciones nos presentan, Constantino consolidó la estructura de la ortodoxia cristiana, en nombre de la unidad y la uniformidad. En el año 325 EC , por ejemplo, el llamó a un Concilio en Nicea. En este concilio se definió la fecha de la Pascua, se establecieron las reglas que definieron la autoridad de los obispos, facilitando la acumulación de poder en manos de la Iglesia. lo más importante de todo es que el Concilio de Nicea decidió, ¡Por votación!, que Jesús era un dios y no un profeta mortal.[30] Debemos recalcar nuevamente que Constantino no tenía ningún interés piadoso, sino que le impulsaba la conveniencia y su obsesión por la unidad. Como un dios, Jesús podía ser convenientemente asociado con el Sol Invicto. Un profeta mortal sería mucho más difícil de encuadrar. En poco tiempo la Cristiandad se embarcó en una, políticamente deseable, fusión con la religión oficial del Estado. Y mientras más se comprometía la Iglesia, Constantino confería más apoyo y soporte a la Cristiandad Ortodoxa.
De este modo, un año después del Concilio de Nicea, Constantino mandó que se confisquen y se quemen todos los libros opuestos a la ortodoxia cristiana - serían obras de autores paganos sobre Jesús, así como obras de 'cristianos herejes'. Destinó también una entrada fija de dinero a las arcas de la Iglesia e instaló al Obispo de Roma en el Palacio Laterano [31]. Entonces, el año 331 EC, comisionó y financió nuevas copias de la Biblia. Esto constituye uno de los factores más decisivos en la historia del Cristianismo, y dio a la Cristiandad ortodoxa una oportunidad inigualable. En el año 303 EC, un cuarto de siglo antes, el Emperador pagano Diocleciano se propuso destruir todas las escrituras cristianas que pudiese encontrar; resultando que los documentos cristianos - En especial en Roma- se perdieran casi todos. Cuando Constantino mandó hacer nuevas versiones de estos escritos; esto permitió a los custodios de la ortodoxia: Revisar, arreglar y rescribir sus contenidos, para que coincidan con sus creencias. Es probable que en este momento se hizo la mayoría de las alteraciones cruciales al Nuevo Testamento. La importancia de este decreto de Constantino no se debe subestimar De las 5000 más tempranas versiones manuscritas del Nuevo Testamento, ninguna es anterior al siglo IV EC[32]. El Nuevo Testamento, como existe hoy en día, es esencialmente obra de los editores y copistas del siglo IV.


El Idioma mas Antiguo del Mundo

Cualquiera puede observar que el español, el italiano y el portugués se parecen mucho, y es lógico: tienen un origen común en el latín (junto al francés, el catalán, el rumano y otros). También son obvias las semejanzas entre el inglés, el alemán y el sueco. No fue tan simple, sin embargo, la observación de William Jones, un juez inglés residente en la India a fines del siglo XVII, que se entretenía estudiando sánscrito. Jones vio que muchas de las palabras de esta lengua clásica india se parecían sospechosamente a palabras latinas y griegas y lanzó la hipótesis, aventurada y luego confirmada, de que el sánscrito, el latín y el griego tenían un origen común. Desde la obra pionera de Jones, la lingüística se ha enriquecido hasta el punto de que, hoy en día, está casi completo –pese a las lagunas y a las dudas- el árbol genealógico de los lenguajes que el hombre habló desde su historia más temprana.

Y es que, para desgracia de los racistas, toda la humanidad desciende de un grupo específico originario del este de Africa: del lenguaje que hablaron aquellos remotos antecesores hace cien mil años descienden todos los lenguajes humanos. Ese lenguaje originario ha sido llamado “protomundo”, y se han descubierto los grandes rasgos de su evolución hasta las múltiples lenguas que se hablan hoy en día a lo largo del planeta.
Parece un árbol que se ramifica. El protomundo se dividió en dos ramas: de la rama “khoisiana”, la más antigua, salieron algunos lenguajes hablados al sur de Africa. La otra rama, la “congosaharaui”, se bifurcó a su vez: por un lado dio origen a idiomas del centro y norafricanos, y por el otro a las tres protolenguas que habló mas tarde el resto de la humanidad: el “amerindio” (de donde derivan la mayoría de los lenguajes americanos), el “denecaucásico” (de él vienen, entre otros, el sinotibetano, raíz del chino, el vasco, el etrusco e incluso algunos lenguajes originarios de América del Norte, llevados a cuestas de migraciones a través del estrecho de Behring) y el “nostrático”.

Hace trece mil años, el “nostrático” empezó a fragmentarse en familias, lenguas y dialectos: el “afroasiático”, el “altaico” y el “indoeuropeo”, idiomas que se hablaron hace unos diez u ocho mil años. Hace nueve mil años, del “afroasiático” se generó el “semítico”, raíz del árabe y el hebreo. Del “altaico” dio origen al turco, el japonés, el coreano y otras lenguas de Oriente. El “indoeuropeo”, por su parte, se dividió en varias grandes lenguas: el “celta”, el “teutónico”, el “báltico”, el “eslavo”, el “iranio” (raíz del sánscrito), el “índico” y el “itálico” (de donde viene el latín y luego las lenguas romances como el español, el francés o el italiano). Del celta descienden idiomas como el galés y el irlandés. Del teutónico, el alemán, el inglés, el sueco, el islandés, el danés y otras lenguas nórdicas. Del eslavo, el ruso y el polaco.

Pero lo más interesante de todo es que un cuidadoso estudio de las reglas de transformación lingüística en los idiomas conocidos (por ejemplo, siguiendo con cuidado la manera con que las vocales y consonantes se transforman del pasar del latín al castellano, italiano y otras lenguas derivadas de aquel) permitió reconstruir partes de las proto lenguas originarias; y así tenemos una colección de algunos centenares de palabras del indoeuropeo, por ejemplo. En los años sesenta las cosas fueron mucho mas allá: se reconstruyó en parte el “nostrático”, antecesor del indoeuropeo: “yo”, por ejemplo, en nostrático se decía “mi”, y “majra” significaba “hombre joven”. Palabras como “mari” (“marido”, en francés), “marido” en español y “marry” (casarse, en inglés) son rastros de aquel remoto término. La palabra nostrática “luba” (sediento) aún perdura en el “love” (amor) del inglés.
Esto no es todo; en los últimos cinco años se dio un paso más: la reconstrucción de alrededor de doscientas palabras del protomundo, el lenguaje original. Hace cien mil años, en aquel lejano idioma “lengua” se decía “tel”: el término inglés “tell”, decir, contar, es un tataranieto reconocible. “Yo” se decía “ngai”; “changa” significaba “nariz” y también “olor”.
¿Pero cuál es el valor de estas reconstrucciones teóricas? La comparación con los datos que proporcionan la arqueología, la antropología y aun los análisis basados en el ADN las confirman. El derrotero de las migraciones, tal como lo pintan los restos arqueológicos, corresponde al árbol de lenguajes; el fechado de huesos y utensilios encaja con los tiempos necesarios para la transformación de las lenguas; las distancias genéticas, medidas por las diferencias entre el material hereditario de distintas poblaciones, coinciden entre raíces lingüísticas.

SAHARA

SAHARA

Coordenadas

El Mapa de Piri Reis M 62
El mapa de Piri Reis es una carta náutica elaborada supuestamente por el almirante otomano Piri Reis en 1513 y publicada en 1523 como parte de su obra El libro de las materias marinas. Aunque Piri Reis vivió en un tiempo anterior, se suele decir que dibujó los mapas posteriormente al “descubrimiento de America”..Aunque bien es cierto que la fecha de su creación fue en el mismo siglo de los viajes de Colón, Piri reis se basó en mapas con antigüedad de 1500 años, de la era de Alejandro. Colón y su tripulación bien pudo haber navegado sabiendo perfectamente hacia qué lugar se dirigía utilizando los mapas del otomano, ya que hay ciertos hechos que vinculan a Cristóbal Colón con Piri Reis. Por contener aparentes representaciones de tierras entonces desconocidas y a raíz de los propios escritos de Reis indicando que sus fuentes habían sido “los antiguos reyes del mar”, ha suscitado gran interés como enigma y se le suele considerar un oopart. El original se conserva en el Museo Topkapi Sarayi de Estambul pero no suele estar expuesto al público.
El misterio de los mapas

Piris Muhyi I Din Reis (Piri Reis 1.470-1.554) hijo de Hadj Mehmet, fue sobrino de uno de los más famosos piratas turcos que asolaron el Mar Mediterráneo entre los siglos XV y XVI, el pirataKemal Reis. Al igual que él, Piri Reis ejerció esta profesión al servicio del Sultán Selim I. Conocedor de muchas lenguas como el italiano, el griego, el español y el portugués, su gran pasión fue la cartografía, llegando a publicar un libro donde recogía más de 210 mapas de todos los mares del mundo, el Kitabi Bahriye, una gran recopilación de antiguos mapas copiados por él y obtenidos de sus saqueos marítimos o comprados a comerciantes en los muchospuertos donde desembarcó. Entre estos mapas destacaron uno hecho en 1.513 y otro en el 1.528, donde se podían apreciar todo el Océano Atlántico y sus costas americanas, africanas, europeas, árticas y antárticas. Toda su colección de mapas fue regalada al Sultán, perdiéndose desde ese momento la pista a esta colección única.Muchos de estos mapas empezaron a reaparecer en el siglo XVIII en el Palacio de Topkapi de Estambul, pero fue a finales de 1.929 cuando se estaba realizando un inventario de los fondos del antiguo palacio cuando se descubrió un viejo mapa confeccionado en cuero de gacela de 85 por 60 cm, donde aparecían Bretaña, España, África Occidental, el Océano Atlántico, parte del Norte de América, el Sur de América, la costa Antártica y que, aún estando rasgado se sospecha que también incluía Europa, Asia y Australia.
Era el gran mapa realizado en el año 1.513. A éste le siguieron el resto de los mapas, así como documentación donde el propio Piri Reis explicaba que para la realización de sus mapas utilizó 20 viejos planos y 8 mapamundi, confeccionados en la época de Alejandro Magno. Los rasgos más característicos de estos antiguos mapas, son sus exactas coordenadas, un conocimiento de la longitud que no se desarrolló en el mundo moderno hasta finales del siglo XVIII, unos conocimientos de trigonometría esférica y el uso de precisos instrumentos geodésicos, todo ello impropio de la época en la que supuestamente fueron realizados. En 1.960 el teniente coronel de los EE.UU. Harold Z. Ohlmeyer, especialista en cartografía estudió estos mapas, y admitió en sus conclusiones que la costa antártica que aparece en el mapa de 1.513 tuvo que ser forzosamente cartografiada antes de que hubiera sido cubierta por la capa de hielo que presenta en la actualidad, es decir, dentro de un período que se sitúa hace 8.000 ó 10.000 años, mucho antes del conocimiento de nuestra historia escrita. Muestra del procedimiento empleado por modernos cartógrafos para trasladar los datos del planisferio original, colocando encima una red de coordenadas.
Su diseño fue coordinado desde el aire, y las líneas costeras de la Antártica tuvieron que ser cartografiadas antes de que el continente quedara cubierto por el hielo. La ciencia no sabe cómo todos estos datos pudieron ser incluidos en un mapa del año 1.513.La mayoría de los eruditos considera que las alegadas similitudes del perfil meridional del mapa de Reis con el de la costa antártica son en extremo tenues y coincidentales. Durante siglos, antes del descubrimiento del continente blanco en el siglo XIX, los cartógrafos habían dibujado una gran masa austral de tierra la Terra Australis Incognita basados en la presunción de simetría exigida por Aristóteles y Eratóstenes, entre otros naturalistas griegos; la masa meridional del mapa de Reis podría ser una continuación de esta tradición. En un principio se creía que el extremo sur de Sudamérica y el de, una vez descubierta, Australia, debían estar unidos a esta gran tierra polar, a la que se pensaba mucho mayor de lo que es el verdadero continente blanco. Se ha sugerido que la supuesta Antártida que figura en la parte meridional del mapa no es otro perfil que el de la costa patagónica oriental, girada en sentido antihorario unos noventa grados debido a falencias en los mapas portugueses en los que Reis se basó (entre los navegantes de la península ibérica era común el modificar substancialmente la longitud posicional de los territorios para situarlos a un lado u otro del límite asignado por el Tratado de Tordesillas), o por limitaciones de espacio en la piel de gacela que sirve de sustrato al dibujo. En efecto, pudo darse el caso que Piri Reis, o el escriba que copió su obra, reparase en que al llegar al Río de la Plata, se estaba acabando la valiosa piel de gacela. En este momento podría haber girado la línea costera hacia el este y haber descrito un semicírculo que le cupiera en el cuero. Este tipo de prácticas eran muy habituales en la época.
Un examen minucioso del borde costero apoya esta visión, revelando representaciones de las bocas y angosturas del Estrecho de Magallanes y zonas aledañas, los principales golfos y bahías, y las Islas Malvinas el archipiélago cuya isla principal es llamada por Reis “isla de Sare“ la zona de la gran bahía o golfo intermedio correspondería al Río de la Plata, y el punto más oriental de la costa, al extremo meridional de Argentina en la Tierra del Fuego. Además, las anotaciones del mapa, que indican que el área es calurosa y habitada por serpientes no encajan en la suposición de que se trata de la Antártida, pero sí en la hipótesis patagónica. Al mismo tiempo, una nota sobre las alegadas Malvinas dice que allí la primavera llega antes, lo cual no es cierto para los territorios insulares al sur de la Convergencia Antártica.
La lectura del mapa

El mapa no utiliza las longitudes y las latitudes, sino el sistema llamado de los «ocho vientos”, obtenido gracias al compás y que funciona a partir de un centrado de las diferentes partes del mapa, sobre puntos desde donde parten rayos de círculo formando entre ellos ángulos de 22,5 grados. Después de años de investigación y de resolver innumerables problemas técnicos, el equipo del profesor Hapgood logra efectuar la transposición del mapa en medidas geográficas modernas. Este revela, para empezar, que Piri Reís no hizo otra cosa que unir unos con otros trozos de portulanos (mapas marinos medievales) más antiguos, y no siempre a la misma escala. Algunos fueron incluso mal orientados. No conociendo, y por razones obvias, los lugares que concernían, Piri Reís cometió errores crasos: el Amazonas está dibujado dos veces y faltan tres porciones claramente repetidas de la costa este de América del Sur. La parte oeste del continente está completamente ausente, salvo por una porción norte sur que representa con bastante exactitud la costa chilena, pero está ubicada al azar. En cuanto a la parte que corresponde al Caribe y a la costa este de América Central, está muy confusa y mal orientada. Pero una vez descubiertos y compensados los errores, se descubren detalles sorprendentes.
Estudio

Gregory McIntosh, un historiador de la ciencia cartográfica, examinó el mapa en detalle y publicó sus resultados en The Piri Reis Map de 1513 (Atenas y Londres: University of Georgia Press, 2000). Allí sostiene que la fuente colombina que Reis menciona fue usada para dibujar el Caribe: esta zona es, en efecto, de excepcional importancia. En su extremo noroeste se halla una gran isla llamada La Española (hoy Haití y la República Dominicana), descubierta por Colón en su primer viaje y donde había establecido una colonia, indicada en el mapa con tres torres. Inmediatamente al sur de La Española se ve Puerto Rico, y al noreste un conjunto de islas que llama “Úndizi Vérgine” (“Las Once Vírgenes”). Dado que este nombre es claramente italiano, no portugués ni español, evidencia el origen colombino de este sector. En efecto, muchos de los nombres de puertos y accidentes geográficos usados por Reis se encuentran también en textos colombinos. Por lo tanto tampoco esta zona se basaría en mapas de la Antigüedad remota. Es evidente que Colón deformó a La Española en sus mapas, haciéndola quedar completamente desproporcionada con respecto a Brasil y orientada de norte a sur en vez de este a oeste. De esa manera quedaba sorprendentemente parecida a las representaciones convencionales del Cipango (Japón) de Marco Polo que se ven en los mapas de Martín Behaim o Paolo Toscanelli, que Colón utilizó. El Almirante, al menos en su primer viaje, estaba convencido de haber hallado aquél territorio fabuloso, y habría dibujado a su español,con esta forma para apoyar su tesis. Un elemento aun más importante para reafirmar el origen colombino de esta zona del mapa frente a su supuesto origen arcaico es que la verdadera isla de Cuba no aparece, tal y como es lógico en un mapa colombino, pues Colón pensaba al principio que el territorio continental americano era una parte de Asia, y lo dibujó como tal. En el mapa de Piri Reis, la proyección continental que se halla frente a La Española es, con toda seguridad, Cuba; y aparece de norte a sur tal y como Colón creía, influenciado por las descripciones de Marco Polo sobre Catay. Dado que Colón pensaba que había hallado la costa asiática, lógicamente dibujó el continente de esta manera, según la representación convencional. De hecho, todo sector continental en el extremo noroeste está etiquetado con topónimos que en los viajes colombinos fueron asignados a lugares cubanos. McIntosh afirma que el mapa muestra dos grupos de Islas Vírgenes porque Piri Reis las tomó de dos mapas distintos sin advertir querepresentaban,lo mismo La delineación de la costa brasileña en la carta de Piri Reis es mucho más precisa que la caribeña. La relación y distancia entre Sudamérica y la costa africana occidental, por ejemplo, es mucho más correcta que en la mayoría de mapas europeos de su época. Los nombres que aparecen en esa zona, claramente transliterados del italiano y el castellano, quedan nítidamente asociados a los informes de viaje de Américo Vespucio y otros.

El desierto del Sáhara se extiende desde las cordilleras del Atlas al Norte, hasta el Sudán al Sur, y desde Egipto al Este, hasta el Océano Atlántico al Oeste. Pero no siempre fue un mar de arena y piedras. Hubo un tiempo remoto en el que el hombre primitivo vivia en un Sahara fertil y verde.

En 1933 un oficial de la policia mehariana, el teniente Brenans, recorría en funciones policiacas la zona del Cañon de Tassili-n-Azyer y llegó a un valle denominado Ighargharen.

Brenans descubrió entre las paredes rocosas todo un enorme grupo de inverosímiles pinturas (más de 5.000) hechas sobre la piedra. Ante sus ojos había representaciones de jirafas, elefantes con la trompa en alto, hipopótamos, animales gigantescos y figuras humanas. Pero fue el explorador Henri Lhote quien dio a conocer al mundo entero éste hallazgo de arte prehistórico en el año 1.957.

Curiosamente, junto con estas escenas de hombres primitivos y animales se entremezclan otros seres de aspecto realmente anómalo y totalmente diferenciados del resto de los personajes que aparecen en las imágenes en actitudes igualmente extrañas.
Numerosos "cabezas redondas" y "voladores" se entremezclan con los nativos, perfectamente reconocibles, o sobrevuelan entre animales, destacando el ser bautizado por el propio Henri Lhote como El Gran Dios Marciano, de seis metros de altura, con un solo ojo y extraños ropajes. Esta pintura representa una especie de buzo con su traje completo y escafandra con ranuras en su parte frontal que refleja tener un torpe movimiento dando la impresión de levitar o volar atado a algo mediante un cable largo. Tambien resulta muy extraña la escena que se conoce como El Rapto, donde un "cabeza redonda" conduce, sin forzar a ninguna, a cuatro mujeres hacia un extraño objeto circular.

En la puerta del otro lado


Este es mi primer libro. El próximo saldrá
dentro de poco.

CHARLAS





La escritora Marisa Infante continúa el programa ‘Encuentro con Autores’ llevado a cabo por la concejalía de Cultura
Marisa Infante en uno de los encuentros

Publicado el 10-05-2007 20:14

ADRA.- La concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Adra continúa adelante con sus actividades de fomento de la lectura entre la comunidad escolar. Y lo hace con el programa Encuentro con Autores que, desde el pasado mes de marzo, se realiza con escritores de nuestra provincia, siendo la abderitana Carmen Benavides Lorenzo la encargada de inaugurar este programa. Ahora el turno es para la escritora Marisa Infante, quien el pasado martes inició en el IES Virgen del Mar su participación en estos encuentros que la llevarán por los distintos centros educativos de Adra.

Marisa Infante, escritora abderitana, dará a conocer a los alumnos su primera novela ‘En la puerta del otro lado, publicada en 2005 con la lectura de algunos capítulos y la realización de un comentario y psicosis de su obra. La próxima cita será el viernes 11 de mayo a las 9.15 en el IES Gaviota.
La concejala de Cultura, Cristina Cano, asegura que “esta actividad se encuentra dentro de la línea de trabajo que nos hemos marcado en el área y que llevamos a cabo desde hace dos años con el fin de fomentar la lectura y el acercamiento de los escolares al mundo literario.
Por eso, ahora damos un paso más al ofrecer a los centros de secundaria estos Encuentros Literarios con escritores abderitanos. Con ello, logramos, por tanto, ese doble objetivo de fomentar la lectura, pero, también, a nuestros jóvenes escritores”.

En este sentido, Cristina Cano, quiere comentar que “esta iniciativa no sólo se le ha ofrecido a Carmen Benavides, sino a otros autores abderitanos, quien ya han mostrado su interés por participar en este tipo de encuentros, encontrándose, en la actualidad, los técnicos del área perfilando los calendarios y cerrando la actividades con algunos de ellos”.

(Aunque ya paso la fecha del evento, la subo ahora al encontrarla entre mis archivos, que casi se me olvidaba)

Presentacion de mi libro: Renglones de Arenahttp://www.youtube.com/watch?v=j276kVt7pyM


CITAS

  • "Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones". Séneca
  • "Una palabra mal colocada, estropea el más bello pensamiento". Voltaire
  • Allí donde radican nuestras debilidades van a extraviarse nuestras exaltaciones. Nietzsche.
  • Cada lágrima enseña a los mortales una verdad. Platón
  • Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio. Proverbio Hindú
  • El amor es la historia de la vida de las mujeres y un episodio en la de los hombres. Anne Louise Germaine de Stael.
  • El filósofo siempre va a pie. Prefiere el bastón de la experiencia al carro rápido de la fortuna. Pitágoras
  • El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios. Seneca
  • El mundo está lleno de libros preciosos, que nadie lee. Umberto Eco
  • En un beso, sabrás todo lo que he callado. Pablo Neruda.
  • La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad. Sir Francis Bacon
  • La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas. Aristóteles
  • La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre. Friedrich Nietzsche
  • La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores. Oscar Wilde
  • Las palabras van al corazón, cuando han salido del corazón. Rabindranath Tagore
  • Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impiden decirme lo que debo hacer. Alfonso V el Mágnanimo
  • Muchos son los que escriben, pero muy pocos los que piensan. Schopenhauer.
  • No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde
  • Si comienza uno con certezas, terminará con dudas; mas si se acepta empezar con dudas, llegará a terminar con certezas. Sir Francis Bacon
  • Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas. Rabindranth Tagore

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El Puerto De Santa Maria - Cadiz- Spain

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Musicaleando...


La verdad que, subo estos videos porque la musica es maravillosa y me encanta. Todos estos grandes videos de grandes e inolvidables grupos e interpretes bajados de youtube son un refresco para mi. Hay tantos por poner... Yo, que ya escuchaba musica con siete añitos se me metió en el cuerpo desde muy temprana edad. Y bueno, a disfrutar de la música!!

https://www.youtube.com/watch?v=ZA-RUfE1MOg

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¿Los mejores profesores? Los niños

¿Lo que más hace feliz? Ser útil a los demás

¿El peor defecto? El malhumor

¿El sentimiento más ruin? El rencor

¿Lo más imprescindible? El hogar

¿La sensación más grata? La paz interior

¿El mejor remedio? El optimismo

¿La fuerza más potente del mundo? La fe

¿La cosa más bella de todo? El Amor

La madre Teresa de Calcuta.